martes, 21 de enero de 2020

LA INMACULADA MASTURBACIÓN (Antología, XIV)

En la otra mesa Richard Dickey se levanto para bendecir los alimentos. Carl Bonner cerró los ojos, agachó la cabeza y sintió que la mano de Leslie se posaba en su pierna justo en el momento en que Richard Dickey decía:
 -Oh, Señor...
 Fue un roce ligero al principio, sólo el peso de los dedos. Hizo un esfuerzo por escuchar las palabras de Dickey:
 -...nuestros amigos, nuestros hijos, nuestros buenos vecinos...
 Leslie encontró la punta del pene a través de la ropa, Carl se retorció levemente en la silla, tratando de librarse de su contacto, pero ella no le soltó. Entonces notó que la mano cambiaba de lugar. La voz de Richar Dickey ahogó el ruido de la cremallera.
 -...y que nos tengas siempre en Tus pensamientos, oh, Señor, y nos proteja el año que va a empezar....
Richard Dickey dijo:
 -En el nombre de Jesús, amén.
 Y en ese momento Leslie la sacó. Carl bajó la vista y vio que los músculos de su esposa se movían bajo la piel, justo en el lugar donde el antebrazo desaparecía debajo del mantel.
Al otro lado de la mesa Lucy Seagraves bebió unos sorbos de su copa y luego habló a Leslie.
 -¿Cómo te las arreglas para distraerte, querida? ¿Juegas a las cartas?
 -Procuro estar siempre ocupada. parece que el día no tenga suficientes horas.
 Ahora sujetaba el glande entre los dedos, tirando hacia abajo para sujetar los bordes de la abertura, luego apretando para juntarlos de nuevo. Carl notó que empezaba a latir y le temblaba una pierna. Leslie le pellizcó la punta, cortando el movimiento. El trató de recordar la última vez que habían estado juntos y no pudo. De pronto su respiración se hizo más dificultosa y el sudor le bañó la frente. Este Singletary le estaba mirando de una forma curiosa.
 Leslie alargó la mano libre, sacó la botella de champán del recipiente de plata y le llenó la copa, y luego hizo lo mismo con la suya. Le puso la copa en la mano y dijo:
 -Por el nuevo año.
 Lucy Seagraves sonrió a la joven pareja del otro lado de la mesa al ver que brindaban por el año que nacía. Bebieron unos sorbos de champán y luego Leslie besó la mejilla de Carl, deteniéndose en ella sólo un momento, quizá lo suficiente para susurrarle unas pocas palabras.
 Lucy Seagraves vio lo mucho que se querían y lamentó los chismes que había contribuido a propagar sobre Mrs Bonner.
 Los romances la atraían, le recordaban cómo era ella en otro tiempo. No sabía si ella y Harry algunas vez habían estado enamorados como sus vecinos de mesa -no recordaba haber visto jamás a Harry temblar de forma tan violenta sólo por el roce de sus labios en la mejilla....

Paris Trout, pág. 265
Peter Dexter.

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