miércoles, 29 de agosto de 2018

A CARLOS EDMUNDO DE ORY


Optamos por crecer en lo más fácil:

El poema es lo que hay en las páginas de un libro de poemas.

Sacudir el libro con la fuerza que alienta el hambre.
Estar cuando las palabras caen al suelo
y se desparraman
y así hallan su sentido prestado.

Correr.
Huir de la casa del poeta,
como el ratoncillo que escapa de un gato mal alimentado,
porque al pronto la llama prende
y el suelo arde.

Tanto calor provoca que los pies suden,
y entonces un olor maloliente se adueña de la casa,
sube a las azoteas,
desde donde hace que la ciudad despierte.

¡Qué terror más grande se apodera de los ciudadanos!

Al amanecer del día siguiente hay largas colas en las puertas de los
/cuarteles :
                        todos quieren armarse,
                        y es el propio gobernador civil
                        quien da la orden de armar al pueblo.
                                  
Fusiles, pistolas, ametralladoras, hachas, puñales, el sable de paseo de un general tuerto, el ancla de un marinero, las agujas de los relojes, las cucharas y los tenedores, todo vale en manos de los desafectos al desorden que con la suelta del poema se ha impuesto.

Está, ¡como no!, en peligro la vida del poeta.
Se ha dispuesto una cuantiosa recompensa
para el primero que lo encuentre
y vivo o muerto,
entero o descompuesto,
lo entregue a las Autoridades,

quienes enseguida,
y con enorme sabiduría,
recompondrán la situación
                       incluyéndolo en las antologías.

martes, 28 de agosto de 2018

UNA HISTORIA SENCILLA


En la casa había una cocina y un cuarto de baño, separados por un patinillo interior donde a veces tendían la ropa.

En la cocina había un grifo y otro lo había en el cuarto de baño. Pero si abrías el grifo de la cocina [porque así fuera que ibas a lavar los platos] ya no salía agua por el grifo del cuarto de baño. Y si, al contrario, abrías el grifo del cuarto de baño [para lavarte las manos] el agua se cortaba en el grifo de la cocina.

La circunstancia puede parecer incómoda, mas Concha y yo nos acostumbramos, casi nada más ocupar la casa, a esa minuciosidad de los grifos, a ese extraño respeto que se manifestaban entre sí, a su manera noble de compartir el agua. La cuestión era no tener que interrumpirnos el uno al otro si íbamos al cuarto de baño o nos hallábamos en la cocina fregando los cacharros, pues es muy engorroso que se corte el agua cuando te estás lavando, tanto como dejar los platos y las cacerolas a medio limpiar, que los restos de la comida se hacen costras y no hay manera luego de arrancarlas.

Sin embargo, tuvimos la certeza de que este no tan pequeño problema había sido resuelto por los propios grifos de la mejor de las maneras, y así era que si es grifo de la cocina estaba abierto, producía un sonido bronco, como la tos profunda de los fumadores empedernidos, y si, por el contrario, era el grifo del cuarto de baño el que ocasionalmente manaba, dejaba oír un suave silbido, como de respiración fatigosa, de pecho asmático.

Así pues, nos bastaba con escuchar qué grifo sonaba en cada momento y esperar pacientemente a que, o bien Concha o bien yo, acabase lo que estuviese haciendo.

¿Me creerán si ahora les digo que gracias a entender el comportamiento de los grifos de casa nos fue de gran ayuda para sobrevivir al matrimonio? Por turnos. La cosa funciona haciéndolo todo por turnos.

lunes, 13 de agosto de 2018

24 DIBUJOS DIGITALES DE MANUEL MOLDES, Un homenaje

Titulo      :         Serie AOKI. Agardando pra a consello do Médico.

 Tecnica  :        24 Debuxos dixitais.

Ano          :         2017

Autor      :          Manuel Moldes.    M

                                                       EL LOCO DE LA COLINA 
                                                        (A MANOLO MOLDES)

                     Música y pan, leche y vino, amor y sueño: gratis

                     Lo hallaron justo cuando se reencarnaba en su perro.

                                                                                                 (De Usos del diccionario. 1975)
 

























miércoles, 8 de agosto de 2018

EL RIGOR DE LAS 'IDOLOGÍAS'. Fragmentos de un discurso borgiano


En aquella tierra el arte del retrato alcanzó tal magnitud, que, con el tiempo, el dibujo de un cabello lo cubría todo de un extremo a otro.

Entonces, los hombres dejaron de contar en el relato de los hombres y desaparecieron como por embrujo.

Las antiguas propiedades de los hombres, descuidadas, abandonadas a las inclemencia de las estaciones, desaparecieron igual.

Nada quedó, al cabo, de aquella civilización de los hombres que supieron elevar el arte del retrato por muy encima del arte.


Siglos más tarde unos extranjeros ocuparon el lugar de los antiguos, animados a establecerse.

No hallaron dificultades.

La tierra había vuelto a ser fértil.

El aire bondadoso.

Los días dóciles y las noches sencillas.

Nada de aquel lugar les desfavorecía.


Fue al cabo de unos años, una vez hubieron levantado las Instituciones en las partes más altas del terreno, cuando empezaron a escucharse unas raras voces que venían de ninguna parte. A veces eran lamentos; a veces cánticos que los poetas recién formados se aprestaron a recoger.

Más tarde, comenzaron a mostrarse unas apariencias obtusas a los cuales los artistas dedicaron su entusiasmo dándoles formas más precisas con las que fueron adornando las plazas de las ciudades.

A esas voces y a esas imágenes encomendaron las Instituciones la protección de los ciudadanos promulgando leyes que, sin razón aparente, limitaban su número.

Finalmente, sólo un poema quedó como El Poema. Sólo una imagen se aceptó como la de un Dios.