domingo, 13 de abril de 2014

PIEDRAS Y PALABRAS



Las palabras caídas al suelo no rebotan y acaban convirtiéndose en piedras, pero no en piedras preciosas, precisamente. Yo las recojo, y las guardo, procurando que T. no las descubra y las vuelva a tirar de nuevo. Porque las piedras que vienen de ser palabras, y no son piedras preciosas, precisamente, la gente tanto las desprecia, que devueltas a la circulación: hieren como las cuchillas marca Gillette que los hombres antiguos usaban para afeitarse la cara.

Una vez, estando de vacaciones, razón por la cual andaba despreocupado de mis manías, encontré una [piedra] que me aseguró haber sido en una vida anterior la palabra piedra. Soy, así pues, una redundancia, y debes tener mucho cuidado conmigo, continuó su confesión, porque si me arrojas y le doy a alguien, seguro que lo mato.

No me quedé con ella. Me dio miedo llevarme a casa una piedra tan peligrosa. Aunque en el fondo me gustaba. Era el arma que yo siempre había soñado poseer.  

sábado, 12 de abril de 2014

EL COLECCIONISTA CÁNDIDO



De niño me sentía incapaz de completar los álbumes de cromos que a menudo me compraba Padre. Así que un día, estando muy malhumorado porque mis hermanas sí, tomé la más dura de las decisiones que se me habían presentado hasta el momento: coleccionar los cromos que siempre me faltarían.

Tú eres tonto –me dijo Margarita nada más enterarse.- Nadie va a querer cambiar cromos contigo.

Como siempre, Margarita llevaba la razón esta vez. De ahí su nombre de planta.

jueves, 10 de abril de 2014

LAS CONSPIRACIONES



Acerca de la Teoría de la Conspiración he podido leer recientemente [no recuerdo dónde] cuanto necesitaba saber para aclararme. Conspiración, decía el texto, la hay, falla la teoría. Y conspiraciones, en efecto las hay por doquier (antigualla, pon mejor: a mogollón. Desde siempre. Desde que Eva y la serpiente bakuninista (‘ni dios ni amo’) y hasta este mismo instante en que dos se vuelven a acostar juntos en contra de la opinión del mundo, que a su vez conspira contra ellos y su loco amor, como lo diría André Breton, el papa de la conspiraciones surreal, dominadora de nuestros inconscientes.

La teoría, en cambio, resulta fallida debido a su falta de sencillez. Cualquier teoría que busque extenderse y convertirse en un topos, ha de contar de salida con una formulación fácil. Por ejemplo: cualquier cuerpo sólido sumergido en un líquido, ejerce una presión hacia arriba igual al peso del líquido desalojado. De tan bonico como suena, termina por tomarse en serio y, desde entonces, todos los nadadores advierten que cuando ellos saltan a la piscina, salpican irremediablemente a los miedosos que se quedan en los bordes. (Y dicho al paso, no me vengan con el contra-ejemplo del terrón de azúcar, pues si el terrón de azúcar se disuelve en el café humeante, es a causa del meneo aplicado a la resultante sabrosa taza de café azucarado. Razón está suficiente para explicar que nadie se bañe en un una lavadora, sabedores todos de que termina centrifugando.

Pero volvamos a lo nuestro, limpios y sin desfragmentar. La causa del fallo en la Teoría conspirativa está en que no se puede expresar sin primero conspirar a su favor. Los matemáticos son conscientes de este primordial hecho y  por ello emplean números en lugar de palabras. No se conocen números polisémicos y se cree sin atisbo de duda en los números enteros (aun cuando, colocados con acierto, no dejan de producir intereses, algo así como el acné de los números cuando todavía están en edad de crecer. De modo que 1+1=2 no da lugar a discusión, siempre y cuando el misterio de la santísima trinidad siga siendo un misterio. Ahora bien, si nos fijamos con detenimiento en ese 1+1=2, no vemos más que una conspiración elemental. No de los números, claro, ajenos a la cuestión que con ellos se plantea, sino de los susodichos matemáticos, quienes, a fin de entenderse entre ellos [y nadie más], se adelantaron a crear lo signos de su entendimiento. O sea, que si no eres matemático, jamás alcanzas a entender las matemáticas, y aunque lo mismo se pudiera afirmar de los poetas y los fontaneros, caeríamos en un grave error de perspectiva, pues sí que puede haber malos poetas y malos fontaneros (que inflan las averías para inflar la factura), no ocurre igual con los matemáticos. Repito, o eres matemático avant la lettre o eres el contable al que le bailan los números y acaba escondiendo a los más díscolos –esos capaces de seguir bailando la música callada- en sus propios bolsillos.

¿Les estoy diciendo que a la Teoría de la Conspiración le falta el lenguaje adecuado para ser verdadera? Pudiera ser, que le falte, no que se lo esté diciendo. Porque no estoy seguro de poder afirmar nada. Si lo estuviera o estuviese (aquí conviene la redundar) acaso no fuera sino que ando entre los conspiradores y, en este hipotético caso, habría recibido el mandado de guardar silencio al respecto, de no revelar los signos de la conspiración. Es más, probablemente estuviese obligado a sugerirles teorías confusas, o lo que es igual: a vivir como eterno conspirador contra la posible existencia de la Gran Teoría, de la Teoría única y verdadera que supuestamente se nos ha de desvelar un día. Ya lo dijo Nietzsche: muerto dios, nos queda la gramática. O Juan de Mairena: Sólo los tontos no conspiran contra su dueño.

lunes, 7 de abril de 2014

OPIO



Menos un secreto que una tarea (Yves Bonnefoy)

La tarea consistente en deshojar el secreto Desnudarlo Dejarlo en cueros Pienso por de pronto en el Deseo de ser un Piel Roja de Franz Kafka y recuerdo que al final del poema nada queda en pie Sólo este recuerdo mío suficiente para que el plan de Kafka no surta efecto Las sociedades se reservan para el combate del última día el Cuerpo más feroz de su Ejército El de los desveladores de los secretos cuya tarea hasta entonces era guardarlos fielmente incluso con la vida Lo que se dice de algunos muy amados puede decirse lo mismo de cualquiera Se llevó su secreto a la tumba Pero tras el último día ilusión de ilusos un día más amor mío para olvidarte no habrá nadie y habrá ruinas y habrá alimañas sobre la superficie deshabitada Un fuerte olor a carne cocida Cabelleras cortadas Los zapatos del pie izquierdo de los accidentados Y si uno de los desvelador no quiere seguir la orden dictada de contar todo lo que sabe y calla cuanto a él le afecta eso ya valdría para enseguida recomenzar de nuevo Las religiones nunca acaban de ser fieles a su credo Es en su margen de error donde tienen su fuerza Cuando hasta el más ávido de novedades sostiene que su dios es el único dios verdadero entonces sí entonces probablemente estemos en el día postrero Lo reconoceremos porque allí hay regalos para todos Hasta lo más caro es gratis y abundante como antiguamente lo fue el agua Pero si hay quien rechaza su merecido premio porque incluso todo no le parece bastante su actitud reprobable nos forzará a pensar si no será que él sabe que en alguna parte hay más todavía por recoger Y lo seguiremos entregados así siguen los ciegos en su pertinaz anonimato el ritmo cansino de las respiraciones de sus perros asmáticos

miércoles, 2 de abril de 2014

UN CUENTO CHINO



Grandes Ministros chinos fueron condenados a la horca por desentenderse de sus funciones.

Luego, echaban sus cadáveres a los perros, que: hambrientos por el continuado descuido de los Ministros, apenas si echaban un rato en devorarlos.