sábado, 12 de abril de 2014

EL COLECCIONISTA CÁNDIDO



De niño me sentía incapaz de completar los álbumes de cromos que a menudo me compraba Padre. Así que un día, estando muy malhumorado porque mis hermanas sí, tomé la más dura de las decisiones que se me habían presentado hasta el momento: coleccionar los cromos que siempre me faltarían.

Tú eres tonto –me dijo Margarita nada más enterarse.- Nadie va a querer cambiar cromos contigo.

Como siempre, Margarita llevaba la razón esta vez. De ahí su nombre de planta.

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