Ayer, sábado 29 de noviembre, en La Vanguardia: ...pero cuanto más vivo más me cuesta creer
en el noble salvaje. Sin la menor duda al respecto, esto le ocurre (a Luis
Racionero) por tomarse a sí mismo por el ejemplo y ejemplar. Mas el mero hecho
de haber sobrevivido ‘tal como fuimos’ nos muestra que el mundo debe estar
ocupado por un montón de salvajes que nos perdonan la vida a diario. La previsible
crueldad del salvaje brilla con mayor esplendor cuando se ve dotada de los
medios técnicos precisos, puestos a su servicio por una civilización que nada
tiene que ver con ellos. (Al menos la extrema juventud de los ‘terroristas’
parisinos así nos lo da a entender). Es verdad que no se hizo la miel, o la
flor, para la boca del cerdo. Entonces, por favor, no la dejen a su alcance. Muy
al contrario, alejan la comprensión de la miel y de la flor. Apartan, es el
caso, las Humanidades de las enseñanzas obligatorias. Pero, ¡claro!, serías las
Humanidades eso que nos enseñar que, para empezar, no se debe llamar cerdo a
nadie, aunque en la carencia de este lenguaje, sustentado en el insulto, el
impropio y, especialmente, en la oportunidad de clasificar –limpio o cerdo- al
otro desde la propia atalaya, es donde se encuentra el algoritmo con el cual
prever las repentinas erupciones del salvajismo de aquellos que, pese a tanto
esfuerzo civilizador, no dejan de ser salvajes, por más ‘educación pública’ que
se les vuelque encima. Las Cruzadas siguen ocupando el imaginario de quienes
diseñan la Enseñanza (nombre propio, fama, de una nada consecuentemente
innombrable). La Enseñanza como Cruzada contra el salvajismo de ‘los otros’
exige la perdurabilidad de esa misma salvajez, gamberrismo, barbarie,
desconsideración, primitivismo, natural del animal humano. Sin ‘herencia’ ni ‘concesión’
que los ‘desnaturalice’, cada espécimen ha de demostrar su adaptación a lo que,
bien pensado, a la especie le ha costado siglos. Como el mono de Kafka en su
informe a la Academia.
domingo, 29 de noviembre de 2015
miércoles, 25 de noviembre de 2015
domingo, 22 de noviembre de 2015
miércoles, 18 de noviembre de 2015
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