miércoles, 8 de enero de 2020

LA INMACULADA MASTURBACIÓN (Antología, I)


Con harto dolor de mi corazón, como diría algún mamonazo de esos que se dedican a escribir novelas, la miro otro ratito más y salgo de estampida. Mientras bajo en el ascensor me digo que si la tía se ha quedado tan frita es porque seguro que se ha hecho un pajote. No hay nada para quedarse grogui -ni pastillas ni hostias- como hacerse una macoca. Te entra una cosa, un... No sabría cómo explicarlo, pero el caso es que te quedas más relajado que la leche. Yo a la gente que padece de insomnio siempre le digo que le den al manubrio. Mano de santo. Se lo juro por mi madre.

Días de guardar, pág. 10-11
Carlos Pérez Merinero.



Distinta opinión al respecto la que nos ofrece Giuseppe Ferrandino:

Aparqué también yo, eché todos los seguros y usando la cazadora como una manta traté de dormir.

Al cabo de un rato, como no lo lograba, pensé en hacerme una paja. Me puse a pensar en el hijo de Kirk Douglas y en la rubia. En el momento de correrme abría la portezuela porque no quería ensuciar el salpicadero.

Pero tampoco después me entró el sueño. 

Pericle el negro, pág 60
Giuseppe Ferrandino

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