En una de las leyendas
de la creación se describe cómo crea el dios de la creación a los demás dioses
con la mano, es decir, masturbándose. En otro papiro se ofrece una versión
distinta de este relato: el dios, en vez de la mano, se vale de la boca.
La creación del mundo
fue instigada por el dios-sol que empezó creándose a sí mismo. Una vez
completada esa primera fase, engendró a otros dioses, Sho, el aire, y Tefenet,
la humedad, por medio de la masturbación.
"Shet le dijo a
Horus: "¡Vamos, pasemos un buen rato juntos en mi casa!" Horus
respondió: "Si, con mucho gusto, con mucho gusto." A la caída de la
tarde, les prepararon la cama y se acostaron. Durante la noche, Seth endureció
su miembro y lo metió por entre los muslos de Horus. Horus se llevó la mano a
la entrepierna y tomó la simiente de Seth.
Se fue entonces Horus
a hablar con su madre Isis. "Acércate, oh Isis, madre mía! ¡Ven y verás lo
que Seth me ha hecho!" Y abrió la mano, y le mostró a su madre la simiente
de Seth. Ella gritó, se armó de un cuchillo y le cercenó la mano, arrojándola
al río. Mas extrajo otra mano semejante para él...
La esfinge erótica
Lise Manniche.
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