En El país de ayer,
sábado 18, Tzvetan Todorov destaca acerca de Nelson Mandela: Renunció a la violencia cuando pensó que iba
a poder conseguir lo mismo con otros medios. Lástima me da que, de la otra
parte –la segunda parte de las partes contratantes, al gusto de Groucho Marx- no
pensara igual, porque el buen Mandela se habría librado de unos años de cárcel
sin necesidad de abolir ninguna doctrina Parot. Lo que igualmente resalta en
las actitudes de ambas partes, es que ninguna de las dos tenían prisa. Nunca sabremos
con certeza si el empleo de la violencia habría adelantado (precipitado, dirán
algunos para evidenciar, a su vez, que así no vale) los acontecimientos. Como tampoco,
si habría servido, muy al contrario, para retrasarlos, pues en aquel
pensamiento de Mandela cabe suponer la reflexión previa: a tortas, y vistas las que nos están cayendo, llevamos todas las de
perder. En las peleas, contienda, riñas, quien primero se rinde reconoce,
precisamente, eso: que pierde. No obstante, rendición no quiere significar resignación
–aquí radica la fundamental diferencia entre the oncle Tom y Nelson Mandela- ni
que el otro haya vencido de manera definitiva. Nadie se lo cree. El ladino
Lenin ya lo apuntó con su “pasito pa’lante, dos pasitos pa’tras”. El recelo
sigue poblando las conciencias de los contendientes. Y entretanto, el recurso
(viñeta de El Roto) y el terror (viñeta de Forges) a la violencia continúan
determinando la música entre los enfrentados, a la espera permanente de llegar
o de irse. Ambos albergan la misma ilusión, que, llegada su oportunidad, el
exegeta de turno expondrá, cuando no se precise, invirtiendo el sentido del ‘destacado’
de Todorov: Recurrió a la violencia
cuando pensó que no iba a poder conseguir lo mismo con otros medios.
La cuestión estriba en cómo prepararse
para ese entonces. Estrenarse, bien para encajar el golpe o para propinarlo.
Porque, como una vez le dijo John Le Carre al mismo periódico: Uno tiene el deber, por propia dignidad, de
ver destruidos a sus enemigos.
(a Ritxi, que me aficionó
a las viñetas)
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