Dice Alberto Méndez (Los girasoles
ciegos) que si el corazón pensara dejaría de latir. Suerte tenemos porque no lo
hace.
Me pregunto si no sería conveniente invertir los términos. O sea, que si la cabeza latiera dejaría de pensar. Y enseguida caigo en que la pregunta ya me da la respuesta. Desdicha tenemos de que esto tampoco llegue jamás a ocurrir.
Me pregunto si no sería conveniente invertir los términos. O sea, que si la cabeza latiera dejaría de pensar. Y enseguida caigo en que la pregunta ya me da la respuesta. Desdicha tenemos de que esto tampoco llegue jamás a ocurrir.
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