viernes, 2 de diciembre de 2016

EL VACÍO Y MÁS





Lo invisible ocupa un lugar vacío, por ello si resulta imposible ocupar un lugar vacío.

Vacío de poder. Bendita anarquía.

Tomaron el vacío por asalto a la de tres.

El vacío no opuso resistencia.

El vacío ni se crea ni se destruye, sólo se disfraza.

El corazón del hombre es un gran vacío, por ello si sólo los cínicos se enamoran, dicen, locamente.
¿Y las mujeres? ¡Ay, el corazón de las mujeres! ¡Qué grande vacío rodea!

Donde hay ruido no hay vacío. Por ello si las bestias, que temen al vacío más que a una vara verde, se amansen con la música.

La noción de vacío en Eduardo Chillida tendría para siempre una hora de retraso.

La relación del vacío con las alarmas.

Las alarmas crean vacío.

Vaciado en bronce, oxí-moron de la frontera, Cádiz.

Los vigilantes del vacío pierden el tiempo y, al cabo, se ciegan.

Los cazadores de fantasmas rehúyen dejarse fotografiar con sus capturas.

El vacío y la presunción de inocencia. Todo inocente es un vacío hasta que se carga de la culpa que lleva implícita todo documento nacional de identidad.

Todo vacío sumergido en un fluido (por favor, que no esté tan espeso como el puré de verduras) ejerce un empuje hacia arriba, igual al peso del fluido desalojado.

El peso de un recipiente vacío menos el peso del material del recipiente, igual al peso del vacío.

En cualquier caso, el vacío es y será siempre un sobrepeso.

A tumba abierta se crea un vacío lamentable.

El vacío interior –vacuum intus-, mal llamado angustia vital –vitalis anxietas-, no tiene remiendo desde fuera. 

(fotografía Piero Manzoni)

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