La
historia, a más tardar, se repite en clave de comedia, aseguran haberle oído
decir a Karl Marx el día en que por fin su mujer se salía con la suya y lograba
que un buen barbero judío le afeitara la barba, y el viejo Karl, a sus ojos, volviera
a ser un pimpollo.
La
historia, a poco, se repite en clave de comedia, y así, ¡claro!, los muertos
prefieren no resucitar para evitar que se rían de ellos con la naturalidad con que siempre lo están los espectadores (Italo
Svevo)
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