
Tampoco han
servido para mucho más las amenazas del mal llamado Socialismo Real o el
caritativo reparto de excedentes de la Social Democracia.
Sólo las
envidias de los ricos entre sí actúan en la merma del número de ricos, en
constante decrecimiento. Y a lo mejor, algún día, siendo ya tan ricos los pocos
ricos que queden, desaparecen de la Tierra, como los Dinosaurios.
No obstante,
no estaría de más ayudarles a desaparecer en la medida de nuestras
posibilidades. Digo yo.
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