jueves, 28 de mayo de 2015

GLOSA DE RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO



“La mierda escrita no huele”, le oí decir un día a Roland Barthes. Cuánto mejor dicho, e igual, en el refrán sefardí que me recuerda Rafael Sánchez Ferlosio: “Con dizir flama non se quema la boca”.

Pero, ¿es así como suena? De Sánchez Ferlosio tomo lo siguiente: “La palabra ‘perro’ no ladra se atreven a decir. En la fétida y repelente infinitud de perros que los hombres alimentan no ha de faltar alguno que no ladre, pero si hay uno no que puede absolutamente dejar de ladrar es el de la palabra que nombra la especie.”

En efecto: quien dice perro sin ningún perro a su lado, cerca, es porque ya oye ladrar al perro que viene de lejos para morderle. Al menos así lo presiente él.

(Un ¡ojo!: Se ha de tener presente que el perro –todos los perros pues- no saben que por ser ladradores han de dejar de morder.)

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