Todo lo que
sucede sucede necesariamente, nos
confirma Arthur Schopenhauer.
Pues no. Mire usted que no.
Al menos, no
necesariamente para todos ni a todos por igual. Las loterías –sin ir más lejos–
nos dan un buen ejemplo de lo contrario. ¿Era necesario que [de buena suerte]
el premio gordo le tocase a “*” o lo era que los demás participantes [de mala
suerte] perdieran a la vez sus dineros y su ilusiones? El cumplimiento de la
necesidad acarrea injusticia, y al menos por respeto hacia los que continúan
necesitados, no deberíamos conformarnos con que la necesidad no se reparta por
igual.
Todo lo que
sucede sucede por suerte, alterna e
injustamente buena y mala, corrigió el trilero de la calle de Fuencarral.
Lo que en
cualquier caso cabe valorar desde una perspectiva nihilista –ahora hablaba un
joven Ferrán Vasater con la mirada perdida en el horizonte– es la búsqueda
permanente del proyecto del bien desmentida por los sucedidos universales.
Imagino un pacto entre un número en permanente crecimiento de apostadores que
se repartirían el premio que a uno sólo de ellos le habría correspondido en la
ocasión. Pero a) siendo incalculable el numero de apostadores, b) estando
determinada a priori la cuantía del premio y c) reservándose una buena parte
del monto de las apuestas conseguido para los propios organizadores y el
mantenimiento del ‘juego’, con mayor rigor al respecto de lo que tratamos,
deberíamos decir que
Todo lo que
sucede sucede intencionadamente.
Intervino,
entonces, el siempre inoportuno Max, erre que erre. Por conveniente para el
diálogo, puedo aceptar sin excesivo reparo la repartición de lo que es de uno
entre el todos del cual forma parte voluntariamente. Mas veo que por encima de
esto, sigue sobrevolando la desigualdad natural de los seres, a los que ni la
necesidad ni la suerte ni la intención iguala. Sólo el Derecho, pero bien que
de manera harto artificiosa y siempre mediante la aplicación sobre ellos de la
fuerza apropiada. Por tanto, mis queridos colegas, pongámonos por una vez de
acuerdo y salgamos de este embrollo con una resolución que a todos nos
satisfaga:
Todo lo que
sucede sucede legalmente… o no
sucede.
(Panfleto
de la Asamblea de Pensadores Independientes. API)
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