martes, 23 de abril de 2013

SOBRE LAS MANOS



Si hay una expresión cabal, ajustada a la razón, es: las manos van al pan. Todo lo demás o es metafísica o es lirismo, si estas dos cosas no son desde siempre la misma cosa.

Guardarse las manos en los bolsillos no es señal de indolencia, sino de una exagerada prudencia que no conduce a ninguna parte.

Las caricias de las manos desmigan el cuerpo pétreo del pan. No hay piedra que resista la insistencia de las cosquillas.

Hecho a mano. Tentado.

Los hombres que se perdonan, se dan la mano. Entonces, uno ofrece el pan. El otro, sirve el vino.

Estoy en sus manos. ¡Qué dicha!

Sin embargo, a los escritores no les gusta que las gitanas magas les lean las manos. Ellos usan las manos para escribir, y temen como a nada en este mundo, que alguien pueda conocer sus secretos antes incluso de llegar a existir

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