lunes, 29 de abril de 2013

COSAS DE LA MENTIRA



Todo cuando se diga acerca de la mentira (lo haga a su favor o, a la inversa se manifieste en su contra con decisión fatalista; tanto si lamenta de antemano sus futuras consecuencias imprevisibles, como si pretende de forma absurda procurarse el cobijo en ella, en apariencia seguro y cálido como el de un cobertor) habrá de tenerse por verdad necesariamente. Esa es la cuestión.

Quien bien te miente te hará soñar.

Vigorosa crece la mentira en el jardín del amor.

La mentira es una metáfora sin la carga de la prueba a cuestas.

A la vista está: le convienen a la mentira las frases cortas, sentenciosas, así vinieran dictadas por un arrebato, donde sucede que lo poético nimba la realidad, como una de esas greguerías otro tiempo tan exitosas. En cambio, si el mentiroso abunda con insistencia en la elaboración y el cuidado de su mentira, probablemente él mismo caiga, tarde o temprano, en las redes de aquellas palabras con las que pretender darle cuerpo, y enseguida se vea en evidencia, pronto se delate como el peor de los trufadores en activo. La mentira, es cosa reconocida, la mayoría de las veces no se siente capaz de guarda la memoria de sí misma sino con grandes dificultades, a consecuencia de lo cual opta casi siempre por el olvido, rápido y certero como un disparo a la sienes.

Hay., no obstante, mentiras fundacionales. Mentiras capaces de crear un mundo.

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