sábado, 15 de junio de 2013

LABERINTOS PARA QUÉ




Teseo y Minotauro hicieron cuanto estaba en sus manos para no encontrarse. Teseo buscaba a ciegas a Minotauro. Minotauro, por su parte, imaginaba rincones donde Teseo no alcanzara a distinguirlo. Sólo Casualidad, entretanto, obraba por resolverle los obstáculos.

Más nada de lo que entonces ocurrió habría llegado a ocurrir de moverse aquellos dos en campo abierto.

El azar (Zufall) no existe. Una puerta puede golpearse (zufallen), pero eso no es un azar, sino todo lo contrario, una experiencia consciente de la puerta, la puerta, la puerta. Kurt Schwitters

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