jueves, 6 de junio de 2013

LA ARTISTA DEL FIN DEL MUNDO




Después del fin del mundo ¡Qué silencio!

Pero había fruta igualmente.
Pan y queso. Leche gratis.
Manchas de vino -secas ya como las pasas- en las solapas de los trajes de invierno de los más
/jóvenes.
Gente de edad caduca dormitando en los asientos de la sala de espera de un hospital de
/pobres.
Mujeres de ademanes generosos de guardia en los corredores de las estaciones.
Nadadores inmóviles en el agua agitada de las piscinas.
Un cielo azul y pájaros que volaban en su descuido.
Los ascensores atascados entre dos pisos de un edificio de oficinas.
Serpentinas descolgándose de las lámparas apagadas.
Papeles con promesas debidamente dibujadas.
Envoltorios de regalo deshechos con la mecánica de unos dedos habituados.

En fin, más o menos, amor mío, como queda la casa después de celebrar tu cumpleaños.

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