viernes, 30 de diciembre de 2011

EN EL ENTIERRO DE DURRUTI

La cursi dedicatoria al pie de su fotografía en el periódico del pueblo habla, no obstante, de una larga historia de fracasos.

Le favorece el traje de calle que viste en lugar del mono de trabajo.

La rosa en el ojal de la solapa.

El pelo fijado, como el de los policías y el de los bailarines.

Mas lo delatan sus hombros cansados.

Los brazos sueltos, caídos.

La mano diestra que sigue empuñando con soltura el vacío de la pistola.

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