martes, 22 de enero de 2013

Banalidades de Base




cada uno aguante su vela… La señora Cospedal, María Dolores, aun cuando no sea de Calatayud, ha confundido cada palo por cada uno y le ha dado un nuevo, un inédito sentido a la vieja paremia marinera. Puede que con ello enfade a Rafael Alberti, pero sin duda el vate muerto acabaría comprendiendo que la manchega Cospedal , Cospedal de La Mancha –y así la enfadada será Rocío Dúrcal (pero Dúrcal es un pueblo granadino; debe ser que en La Mancha reina una natural confusión cartográfica que lleva a algunos lugareños a no saber calcular las distancias, al menos ‘las de las urgencias’). Digo que el bueno de Alberti comprendería, al cabo, la confusión, el desvarío de la Cospedal (alguien debería insinuarle que se soltará –T. dice: se lavara- el pelo de vez en cuando), pues con lo que se fijaba Rafael, vería enseguida lo envarado, lo palo que parecen los hombres del Partido Popular –ahora Paraíso Perdido- cuando no más le vienen ladeadas las circunstancias. Así pues, pudo suceder que María Dolores, tan prudente como es en sus asuntos, dijera lo que dijo con decir eufemístico, como para no ofender a nadie, y menos a los compañeros. Porque, la verdad, cuando a alguien se le llama palo, la común maledicencia ya añade: de escoba. Jamás de golf, tal cual sería el caso tratándose de los señores de quien se habla.

Valga lo anterior como excusa que humildemente le cedo en préstamo a la oriunda de El Bonillo, pero de cuanto yo quería hablarles, no era de eso, sino del trastrueco semántico acaecido en el seno de aquel refrán cuyo original significado nos llegaba ampliamente contrastado. El palo es el palo de un barco (antiguo, claro) y vela, pues eso, la vela marinera, como ya dijéramos. Cada uno aguante su vela, en cambio, introduce una novedad en la relación debida entre los elementos ‘uno’ y ‘vela’, pues a los unos –en concreto: los unos del PP- no resulta tan obvio relacionarlos con ‘las velas’. A no ser… A no ser –se me ocurre- con esas velas que a ‘cada uno’ hay veces que nos cuelgan de las narices y, por lo general, solemos denominar moco, el moquillo. Entonces, lo que nos quiso decir María Dolores de forma metafórica era: Cada uno se limpie sus mocos. Una grosería, bien lo sé, que la Cospe no se podía permitir y, por supuesto, no se permitió, faltaría más. Pero, con todo, una implicación política me atrevo a sacar de ello sin salirme, tampoco yo, del terreno metafórico: de lo que se trata, así la cosa, es de que no se presten los pañuelos entre ellos. 

¡Ah! Si no tienes pañuelo, cómprate un kleenex. Te sobra con lo que llevas robado sin que nos conste. (nota. Conjúguese el verbo constar como contar…dineros)

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