viernes, 5 de julio de 2013

ELOGIO DE LA ESTULTICIA



Siempre tengo una alegría –dijo- cuando no entiendo nada (E. Vila Matas) Siendo yo una persona a la que le gusta vivir en la alegría permanente, nada más escapar de mi vieja militancia trotskista, me juré que en la vida nunca jamás intentaría ni acercarme siquiera al entendimiento.

Sobra comentarles (además: no sabría) que desde aquel remoto día -con sólo haberme volcado hacía no entender nada: ni la sal ni el azúcar- soy el hombre más alegre de la tierra. Me parto de risa por cualquier cosa. Pero lo que más risa me causa –ahí donde al fin triunfa eufórica mi alegría desbordada- es cuando veo a los demás -familiares, amigos, pero también a la gente anónima a mi alrededor- reírse de mis gracias. Como si no entendiera: a mí, que tan tonto soy. El tonto más tonto del mundo, conforme me encumbra el Libro Guinness de los Records.

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